jueves, 2 de junio de 2011

Quererte no me sienta bien.

Quiero verlo. Quiero ir paseando por la calle y darme cuenta de que está ahí, a unos cuantos pasos de mi. Y en el poco tiempo que tarda mi cerebro en reaccionar, pienso que podría salir corriendo y sorprenderlo abrazándolo por detrás, y, cuando menos se lo espere, darle un beso para que ya no tenga que decirle lo mucho que lo quiero. Pero no, paso por su lado, le digo ¡Hola! Con mi mejor sonrisa, inspiro su aroma y cuando me responda, oír su dulce voz. Con ese instante en el que he sido feliz de verdad me sobra. Ya tendré tiempo de decirle que lo quiero otro día, cuando valla paseando por la calle. Porque ya lo ves, todo a su tiempo...