viernes, 24 de febrero de 2012

Puede que nunca te llegue a querer como lo hace ella, que no te dé lo que necesitas y lo que no, que nunca llegue a vivir por y para ti, que no te diga sí a cada cosa que propones, que no te lo perdone absolutamente todo, que no te conviertas en lo único por lo que merece la pena vivir, pero puedo decirte que te quiero un millón de veces si es necesario, y con eso te debería bastar.

martes, 14 de febrero de 2012

Mientras todos buscan a su amor yo te busco a ti, abuelo...

Hace ya un mes, un largo mes que te fuiste, que me dejaste sola, que te marchaste de mi vida pero no de mis recuerdos, un mes sin sufrimientos ni dolores, para ti. Hace un mes que te echo de menos, que noto tu ausencia, que me arrepiento de no haber pasado más tiempo junto a ti, que miro tus fotos y solo veo eso, recuerdos...
Recuerdos que hace sólo un mes los viviste, pero ahora estás ahí encerrado, sin vida, en una caja de madera en uno de los últimos nichos de este triste cementerio, mientras que yo espero que todo esto sea un sueño, una simple pesadilla.
Y después de un mes sigo esperando que estés vivo, que sigas en tu casa cuando vaya a visitarte, que sigas quejándote y murmurando, con tus idas y venidas de cabeza, con tus constantes miradas en las que sobraban los te quiero, sigo esperando despertar de esta pesadilla que parece no tener final.
La verdad, no hay día en el que no piense en ti, y no hay pensamiento en el que no se escape una lágrima, porque fuiste y sigues siendo una de las personas más importantes de mi vida. Por eso, estés donde estés, necesito que seas feliz.

14/01/2012 D.E.P.

lunes, 6 de febrero de 2012

Promesas perdidas en la calle de la ilusión.

Es difícil volver a esconder te quieros entre las arrugas de mi almohada. Convertir cada beso en una lágrima, cada caricia en un triste recuerdo, cada te amo en sólo palabras. Es difícil encerrar todo lo que sentí en sólo una noche, todo lo que dijimos y todo lo que no hizo falta decir. Es difícil, es muy difícil verte y no poder abrazarte ni besarte, no poderte decir te quiero, no poder dejarme llevar por el corazón, no poder amarte como aquella noche, como aquel día 20 que jamás podré olvidar. Pero más difícil es no poder preguntarte si todo era verdad o una triste mentira, si en realidad llegaste a quererme, no como yo lo hice y lo sigo haciendo, no me hace falta tanto, si llegué a importarte en algún momento, si en cualquiera de los besos pudiste ver que no necesitabas a otra que no fuera yo, pero ahora, eso qué más da.
Ya tienes a esa otra, otra que te bese, que te abrace, que sienta tu calor, que respire tu aroma, que te diga que te quiere, pero te lo puedo asegurar que nunca lo hará como yo, que sea tuya, no para siempre, pero sí el tiempo suficiente para destrozarme del todo. Y no lo soporto. No puedo oír como hablas de ella de esa forma, con todo ese amor en cada una de las palabras, todas las veces que pronuncias su nombre con una felicidad exagerada, y no echarme a llorar. No lo entiendo, no entiendo como después de todo el sufrimiento, de todas sus mentiras y de tantas y tantas vece que tú mismo has dicho que no valía la pena, la sigues queriendo, te sigo queriendo.